Tienes que estar siempre bien con los de la cocina, de ello depende casi todo, ya que si de la cocina te mandan algo mal, tú eres la que pones la cara para que te cacheteen, en cambio, si las cosas están bien, te lo agradecerán tus clientes.
Infórmate siempre si hay algo que puedas recomendar, o algo que no.
Checa bien cómo y qué contioene cada platillo y si es posible, pruébalo. No hay nada peor que cuando te preguntes si algo tiene sal o azúcar, tú pongas cara de Mopet. Por supuesto, no vas a dar todos los ingredientes ni la receta, pero hay gente alérgica o simplemente no les gusta, digamos, la cebolla....
No esperes a la décima vez que te pidan una cuchara, cuando te la pida, traela.
Aunque te aprieten los zapatos o las váricis te exploten, pon siempre una sonrisa.
Saluda siempre a los clientes, estáte atenta a todo lo que te pidan, antes que se lo pidan al capitán.
Si alguien te molesta, coméntalo al capitán para que no se quejen después y quedes mal.
Checa siempre en la cocina, que tu orden te la den como la pediste (si te pidieron con jitomate, que tenga jitomate), y a la temperatura debida.
Ahórrate 20 vueltas a la cocina para calentar o enfriar los alimentos y la carota del cliente.
No te quejes nunca con los clientes de tus compañeros ni de otras mesas.
Bueno, eso es lo básico,suerte.
Se me olvidaba, al último, pero no lo menos importante: medias elásticas, porque estarás todo el tiempo parada, y zapatos cómodos.
Maquillaje ligero de water proof, para que no estés sudando o secándote el sudor, o estés desmaquillada al tercer cliente.
Oler a limpio, no necesitas mucho perfume que contraste con la comida, con un buen desodorante y espolvorearte bicarbonato, y buches de bicarbonato, será suficiente.
Recuerda sobre todo: trátalos como te gustaría que te traten a ti.